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EL PEOR CASTIGO DEL MUNDO POR INTERPRETAR MAL UNA PIEZA


interpretar mal una pieza

Tocar mal o no estar muy acertado a la hora de realizar un solo o simplemente interpretar mal una pieza en concierto se puede deber a muchas cosas, pero las consecuencias también pueden ser muchas. Hay una que es truculenta y definitiva.

Desde los primeros conciertos musicales tal y como los conocemos ahora, más o menos, allá por el siglo XIV, siempre ha existido la crítica musical. Todo aquel que asiste a un concierto tiene su opinión sobre este.

La elección del programa a interpretar puede ser más o menos acertada, pero difícilmente juzgable ya que cuando se asiste a un concierto, salvo extrañas excepciones, se conoce el programa. Incluso seguramente sea este la razón de asistir.

Seguramente la interpretación sea lo más importante en un concierto, bien por parte del director, o bien por parte de los músicos. Como en todo, se puede tener un buen día, o uno desastroso, y que esto repercuta en tu trabajo, en este caso de músico. Y la crítica sobre esta interpretación suele ser genérica, dirigida a la orquesta o banda. ¿Pero qué pasa cuando es un solista el que mete la pata?

Todos hemos estado en un concierto en el que inmediatamente después de un solo no muy bien interpretado, alguien suelta un carraspeo, resoplido o tch (ese ruido de desaprobación de la lengua contra el paladar, que por cierto debería tener un nombre). En esos casos todo el mundo es un experto, aunque no se sepa ni si un pentagrama tiene 4 o 6 líneas.

orquesta

El primer rapapolvo que se va a llevar el solista va a ser el del director de orquesta. Con una mirada de las que matan mientras desea tirarte la batuta y sacarte un ojo, se arrepentirá de no haber practicado más. También la mirada de algún compañero de la sección de viento o metal se va a llevar. Pero lo peor va a ser cuando acabe el concierto. De camino al backstage alguien le dará alguna palmadita de apoyo, pero seguramente por no darle más fuerte por si alguien le ve todavía desde el patio de butacas.

Y para acabar la reunión post concierto. Ahí sí que no se salva. No se sabe muy bien qué debe pasar en estos casos entre bastidores. Si por interpretar mal una pieza hay reprimenda por parte del maestro o reproches de sus compañeros, pero también se puede imaginar algo como un corrillo de collejas.

Sin embargo, hay un castigo especial, mucho más fuerte. Y truculento.

Quien sea amante de las películas de crimen y terror seguramente sepa de qué se trata. Es como una especie de escena de apertura o primera escena del film, por lo que no suele recordarse mucho ya que la intensidad del resto de este tipo de películas se centra más en el grueso de la historia.

Ahora la vas a poder ver. Tanto si conoces la película, como si no la has visto nunca, debes ver esta escena. Es una maravilla. Eso sí, tranquilizarte porque no es nada gore, simplemente… ¿sabes qué significa truculento? pues esta escena lo es.

 

 

¿Qué te ha parecido? Sí, tal vez sea un poco exagerado. Mejor será no animar a ningún crítico musical ni director de orquesta a recrear esta escena. Pero sí estaría bien decir sobre el músico que ha fallado el solo, algo tipo:

-su interpretación ha sido merecedora de una cena con Hannibal Lecter…

o:

menudo Hannibal Lecter le ha salido al del oboe…

¿No crees?


Picasso