Quevedo marcó tendencia y no sólo con su literatura, también en moda de complementos al darle su nombre al tipo de anteojos que utilizaba y que él mismo puso de moda.
Francisco de Quevedo (Madrid, 14 de septiembre de 1580 – Villanueva de los Infantes, 8 de septiembre de 1645) fue uno de los escritores más destacados del llamado Siglo de Oro. Este polifacético escritor dejó su huella tanto en la literatura española como en la moda de complementos del siglo XVII, al llegar a dársele su nombre al tipo de anteojos que utilizaba y que tanto le caracterizaban hasta el punto de ponerlos de moda, los quevedos.
Quevedo tenía una miopía que le provocaba una falta de visión considerable, lo que hacía necesario el uso de unos anteojos para corregirla. Para ello optó por utilizar unos anteojos de montura simple que se diferenciaban de las gafas por carecer de patillas, estas lentes se sujetaban solamente sobre la nariz y no sobre las orejas. De esta manera los quevedos están ligados a la imagen del propio Quevedo desde entonces, tanto en los retratos de la época, como en las diferentes recreaciones cinematográficas o teatrales de la actualidad.
Quevedo llegó a ser muy popular en el Madrid del siglo XVII tanto por su gran obra literaria como por su especial genio y temperamento, una personalidad que le llevó a tener serias desavenencias con la Corona. No obstante, esta popularidad, sobre todo entre las clases elegantes y adineradas, hizo que el tipo de anteojos que llevaba el escritor se pusieran de moda, e incluso que se les empezasen a denominar quevedos.
Pero no sólo eso, su popularidad llego a ser tal, que en ocasiones se usaban sin necesidad por problemas de vista; los quevedos aportaba un toque distinguido y culto a quien los llevaban. Algo parecido a los que actualmente llevan gafas sin graduar, aunque sean famosuelos no tan dignos de ser seguidos como lo fue el gran Quevedo.